Un Enfoque Cristiano sobre la Homosexualidad – Primera Parte

Dos personas sentadas a una mesa de madera; una con las manos sobre una Biblia abierta y la otra con las manos entrelazadas y una pulsera con los colores del arcoíris.

Last Updated on septiembre 26, 2025 by Anthony Molina

Es de conocimiento general que vivimos en medio de una cultura relativista, donde se considera que cada cual tiene su verdad y que, por lo tanto, debemos respetarla en virtud del amor, el respeto y la tolerancia. Esto ha hecho que cada vez sea más difícil expresar mis opiniones frente a cualquier cuestión social como cristiano, puesto que de inmediato se me cataloga como fanático, anti-progresista o anacrónico. La cuestión sobre la homosexualidad no se escapa a esto, ya que solo es cuestión de dar a conocer mi cosmovisión cristiana sobre este tema y decir que Dios la considera como pecado, para que se prendan las alarmas de los activistas LGTBI y se abalancen para callarnos, porque debemos respetar sus ideas, así ellos no respeten las nuestras. Esto sucede porque hace mucho tiempo el asunto homosexual dejó de ser una cuestión moral para convertirse en una de derechos civiles.

En este breve artículo busco dar respuesta a la pregunta de cuál debe ser nuestra cosmovisión cristiana frente a la homosexualidad. Porque, a pesar de que la pregunta parezca tener una respuesta obvia, tristemente en la actualidad el liberalismo y la ignorancia doctrinal han permitido que la Iglesia admita la incursión de la homosexualidad y sus prácticas en las agendas eclesiales, al punto de casar a personas del mismo sexo, hacerles creer que estas orientaciones no son malas y permitirles llevar una vida contraria a la voluntad de Dios, creyendo así que tienen Su favor; y todo esto, supuestamente, en virtud del amor y la tolerancia.

A continuación, expondré mi preocupación sobre este tema, plantearé la problemática actual y veré lo que otros autores dicen sobre la homosexualidad y cómo estas perspectivas posiblemente han afectado al cristianismo contemporáneo. Junto a esto, analizaré los argumentos que tienen las personas homosexuales para creer que pueden ser aceptadas en su condición, no solamente por la sociedad en general, sino también por las iglesias cristianas. Luego, daré respuestas bíblicas a estas argumentaciones para concluir con una perspectiva bíblica sobre la homosexualidad y llegar a la conclusión de que esta conducta es definitivamente rechazada por Dios, basándome no solo en los pasajes que todo el mundo espera escuchar, sino principalmente en el principio universal y eterno del matrimonio como Él lo estableció.

En esta primera parte, veremos entonces mi preocupación sobre esta cuestión, junto con lo que dicen otros autores referente a este tema. En la próxima entrega ya analizaré las pautas bíblicas sobre esta cuestión tan controversial, junto con una respuesta tentativa de mi parte, para luego finalizar con una conclusión. Adentrémonos, pues, en este tema tan controversial en nuestro contexto.

El Clamor de la Cultura y el Silencio de la Iglesia.

Un hombre arrodillado en una iglesia, iluminado por un haz de luz, simbolizando la búsqueda de la verdad bíblica sobre la homosexualidad.
En medio del clamor de la cultura, la luz de la verdad bíblica sigue brillando. – Foto: Pexels

En este preciso momento, mi contexto social se encuentra en un conflicto extremadamente fuerte, donde la ideología de género está buscando incursionar de manera descarada en la agenda nacional. Tenemos la propuesta (casi impuesta) de enseñar esta teoría ideológica en las escuelas, de crear leyes para su perpetuación y de lograr el reconocimiento y la aceptación general de la unión marital entre dos personas del mismo sexo. Esto ha creado una polarización nacional, puesto que la mayoría de los ciudadanos son de corte conservador y, de una u otra manera, han sido criados en un contexto católico que fomenta una convicción (aparentemente fuerte y clara) sobre cómo percibir la homosexualidad: como un pecado que va contra la naturaleza.

En un contexto ideal, esto sería suficiente para que la implantación de esta aberración ideológica no prosperara en el país; sin embargo, al estar en un contexto de posverdad y relativismo, resulta que poco a poco esta ideología ha ido ganando terreno en aras de “la libertad, el respeto y la tolerancia”.

La preocupación se intensifica cuando se hace manifiesta la reacción del cristianismo frente a esta problemática. Primero, la Iglesia Católico-Romana (que se autoproclama cristiana) poco a poco cede más y más terreno a la homosexualidad al dejar las puertas abiertas a interpretaciones heréticas sobre la posición bíblica en esta cuestión. Por ejemplo, manifestaciones como las del monseñor Juan Vicente Córdoba, obispo de la localidad de Fontibón en Bogotá, cuando dice frases como:

“no sabemos si alguno de los discípulos era mariconcito, no lo sabemos”.

Y además de esto, dice:

“¿Jesús cuándo dijo: mire Juan, usted está muy así o muy asá… no se puede caminar de esa manera…? Nunca. Jesús solamente dijo: un mandamiento nuevo os traigo: que os améis los unos a los otros como yo os he amado”.

Y cuando parece que ya ha dicho lo peor, este señor afirma:

“ninguna atracción es mala”

y les aconseja a los homosexuales:

“cuando se casen, tengan hogares bonitos, tengan fidelidad y formen a sus hijos con amor”,

para luego aclarar que la Iglesia no apoya la adopción de niños por parte de matrimonios homosexuales. [1]

Segundo, esta preocupación también se intensifica porque se esperaría que la respuesta de los cristianos protestantes fuera más bíblica, clara y contundente. Sin embargo, veo diversas y opuestas reacciones de distintas ramas del protestantismo. En un extremo, vi que el año pasado se celebró un matrimonio entre dos llamados pastores homosexuales en Brasil [2] y, sumado a esto, hace un par de meses nos topamos con la celebración del primer matrimonio homosexual en un templo evangélico (de corte episcopal) en Edimburgo [3], lo que trajo como consecuencia el retiro de la cláusula doctrinal que definía el matrimonio como la “unión de un hombre con una mujer”, liderado por obispos anglicanos que defendían una teología liberal e inclusiva.

 que lo que acabo de mencionar causará de inmediato repudio en los cristianos más conservadores, puesto que esta postura es claramente herética. Sin embargo, la cuestión no es tan fácil de tratar, ya que estas personas se autoproclaman cristianos evangélicos (protestantes) ante una sociedad que clama a gritos el reconocimiento de la unión homosexual, así que esto nos afecta a todos. No obstante, entre los cristianos bíblicos encuentro otra posición que, aunque no es herética, sí tiene un tinte de irresponsabilidad. Veo reacciones como las de cristianos que no saben cuál es su postura frente a esta problemática y simplemente dicen: “que se casen, eso es problema de ellos y no nos afecta; que vivan su vida y nos dejen vivir la nuestra”; mientras que otros simplemente consideran no tener derecho moral para referirse al tema debido al alto índice de divorcios entre matrimonios heterosexuales. [4]

Por otro lado, también se encuentra el extremo, sumamente errado, de despreciar y repudiar por completo a la persona homosexual, al punto de deshumanizarla y evitar el contacto con ella. Se olvida que esta persona también lleva (aunque distorsionada) la imagen de Dios; que, en algún sentido, todos tenemos desviaciones sexuales, porque no hay nadie que se escape de haber tenido al menos un pensamiento lujurioso desviado de la ideal y perfecta sexualidad creada por Dios; y, sobre todo, que también necesita al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador.

Por todo lo anterior, se hace imperativo tener clara la posición bíblica sobre la homosexualidad, y no solo rechazar de tajo esta conducta sin entender el peligro de permitirla junto con el matrimonio homosexual en la sociedad. Además, es importante comprender el argumento bíblico de fondo frente a las propuestas del movimiento de “cristianos gais”. Por lo cual, la pregunta más obvia a solucionar sería: ¿cuál debe ser entonces mi posición frente a la homosexualidad?

Las Voces del Mundo: De la Teoría Queer a la Presión Global

Aunque el objetivo específico de este corto ensayo es tratar la posición cristiana sobre la homosexualidad en contraposición al movimiento “cristiano gay”, es imposible dejar de lado que este movimiento logró infiltrarse en algunas iglesias gracias a la unión de la teología liberal y la avasalladora ola de inclusión homosexual. Debido a esto, consideroimportante dar un vistazo (aunque sea solo a un par) a los diferentes frentes que defienden este movimiento en la sociedad.

En primer lugar, tengo a la reconocida autora Beatriz Preciado, quien escribió un tratado de gran importancia para la comunidad LGTBI, llamado Manifiesto Contrasexual. En él, busca redefinir la naturaleza sexual del hombre y la mujer, ya que ve esta naturaleza como el producto de:

“un contrato social heterocentrado, cuyas performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades biológicas”.

Su propósito es sustituir esta naturaleza por una percepción donde los cuerpos se reconocen a sí mismos no como hombres o mujeres, sino como “cuerpos parlantes”, y reconocen a los otros de la misma manera, para así encontrar nuevas prácticas de placer. Busca, para reemplazar el pene, el dildo (consolador plástico), lo cual suena aberrante para un cristiano. [5] Ciertamente, esta autora logró influir de manera negativa en la redefinición de la naturaleza sexual del hombre y la mujer. Sin embargo, no es más que una simple muestra de que siempre se querrá justificar la propia condición moral para ser aceptado por una sociedad que claramente ve la homosexualidad como una perversión. Menciono esto porque Beatriz Preciado ahora se hace llamar Paul B. Preciado, pues se ha cambiado de sexo. [6]

En segundo lugar, tenemos la presión de organizaciones internacionales como la ONU para que, en virtud de los derechos humanos, las naciones vinculadas a esta organización implementen pedagogías inclusivas como la ideología de género, con la presión adicional de toda la maquinaria y el poderío que ostentan. Todo esto ha sido sustentado en varios artículos destacados que muestran esta problemática. [7], [8]

Unido a toda esta realidad, se encuentra una Iglesia de doctrina endeble, un cristianismo aguado y una teología humanista que lograron permear hasta lo más profundo de las iglesias actuales. Al final de cuentas, esto fue lo que impidió que hubiera una posición firme (por la misma ignorancia doctrinal) ante la presión social en lo referente a la agenda inclusiva de la comunidad LGTBI, dando así la potestad para que la comunidad homosexual se sintiera en la libertad de generar un movimiento de “cristianos gays”.

“Cristianismo Gay”: Un Análisis de sus Argumentos

Dos personas conversando sobre la homosexualidad, una con una Biblia y la otra con una manilla de arcoíris, simbolizando un diálogo de verdad con amor.
Imagen que representa el enfoque cristiano de abordar el tema de la homosexualidad: con la verdad de la Escritura pero en un espíritu de diálogo y compasión, antes de analizar los argumentos del movimiento “cristiano gay”.- Foto: IA Gemini.

En esta cuestión del movimiento “cristiano gay”, me estoy enfrentando evidentemente a una comunidad homosexual que piensa que tiene los argumentos bíblicos suficientes para considerarse a sí misma como del agrado de Dios. Sin embargo (y aquí es donde apelo a la responsabilidad cristiana), la cuestión frente a este movimiento no es tan fácil como decir “Dios condena la homosexualidad y punto”. Más bien, se trata de sentarse a estudiar seriamente sus argumentos, para, en amor y firmeza, dar la explicación correcta a esos pasajes y buscar el arrepentimiento de estas personas. Y esto no lo lograré a menos que me dé a la tarea de tener un sustento bíblico ante un homosexual que llegue con esta clase de argumentos, por más surreales o inverosímiles que me parezcan.

Antes de repasar los “argumentos pro-gays”, es importante definir la teoría de la que se deriva la teología gay: la teoría queer. Esta es un conjunto de ideas sobre el género y la sexualidad que sostienen que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente inscritos en la naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social y, como tales, varían en cada persona y sociedad. [9]

Este movimiento presenta argumentos de diferentes tipos. Por ejemplo, después de leer un artículo completo sobre teología queer de mujeres feministas, a lo largo de sus 20 páginas, lo primero que resalta es que no se menciona ni un solo pasaje bíblico que apoye su postura. En su lugar, apela a una supuesta cultura machista y opresora (de lo que se desprende que los dogmas de fe son heteropatriarcales y, por lo tanto, parcializados) y a los derechos humanos (libertad de religión). [10]

Luego existe una segunda clase de argumentos que, por lo menos, sí abordan pasajes de las Escrituras, aunque tergiversan descaradamente su significado, sin siquiera tratar los versículos clave sobre el tema homosexual. Por ejemplo, usan Gálatas 3:28 para decir que, si no hay ni hombre ni mujer, esto es un aval para la homosexualidad. Usan Mateo 5:3 para decir que los queer son aquellos “pobres de espíritu” y que están más cerca de Jesús por ser marginados y perseguidos, llegando al descaro de interpretar el pasaje así:

“Bienaventurados los/as homosexuales, pues de ellos es el Reino de Dios”. [11]

En tercer lugar, existen argumentos más estructurados que hacen referencia a cuestiones culturales, al idioma original y que parten de una base muy diferente. Esta tercera posición es un poco más seria y se basa en que la Escritura claramente rechaza la promiscuidad, la violencia y la corrupción de menores, lo cual ellos también rechazan. Sin embargo, al mismo tiempo, defienden que “el matrimonio heterosexual y la pareja homosexual estable son dos alternativas igualmente válidas”, siempre y cuando haya ternura, madurez y fidelidad. [12] Este argumento busca sustentar que un vínculo homosexual, mientras sea monógamo, permanente y basado en el respeto y el amor, es del agrado de Dios. Defienden esta idea de la siguiente manera:

Primero, aluden a que la Biblia aparentemente habla de manera negativa sobre la homosexualidad solo en unos pocos pasajes y que, por lo tanto, estos no constituyen una base sustancial para una postura dogmática. Segundo, dicen que las prohibiciones bíblicas son muy específicas porque, según ellos, se condena explícitamente: la violación del código de hospitalidad (Sodoma y Gabaa), los tabúes cúlticos (Levítico), las orgías (Romanos 1) y la prostitución masculina o la corrupción de menores (1 Corintios y 1 Timoteo). Por esta razón, consideran que la Biblia guarda silencio frente a “otros aspectos de la homosexualidad”, como la orientación homosexual o la relación monógama y permanente. [13]

A continuación, mostraré cuál es la interpretación de estas personas sobre los pasajes clave de la homosexualidad: [14]

La historia de Sodoma (Gn. 19:1–13) y Gabaa (Jueces 19:2): Sobre el trasfondo de este relato no hay controversia; sin embargo, esta surge cuando nos preguntamos cuál fue el pecado de Sodoma que tuvo como consecuencia su destrucción. Los defensores de la teología queer basan su interpretación en dos argumentos. El primero es que la palabra que traducimos como “conozcamos” (19:5) no significa necesariamente “acostarnos sexualmente” porque, según ellos, la palabra original aparece 943 veces en el Antiguo Testamento y solo diez se refieren a la relación sexual (y en todos los casos, a relaciones heterosexuales). Por esto, postulan que una mejor traducción sería “para que seamos presentados”.

La explicación que dan al enojo de los ciudadanos es que no sabían cuáles eran las intenciones de los extranjeros y que Lot había excedido sus derechos como residente. Concluyen, entonces, que el pecado de Sodoma fue violar el código de hospitalidad. El segundo argumento es que, en las demás partes donde se menciona a Sodoma en el Antiguo Testamento, no hay ningún lugar que indique que la homosexualidad fue su pecado, pues Isaías da a entender que era la hipocresía y la injusticia social; en Jeremías se dice que fue el adulterio, el engaño y la maldad general; mientras que en Ezequiel se afirma que fue la arrogancia, la avaricia y la indiferencia hacia los pobres. Y en lo referente a los pasajes del Nuevo Testamento (Judas 1:7), dicen que son solamente ecos de escritos apócrifos del siglo II a.C.

Los textos de Levítico (Lv. 18:22 y 20:13): Sobre estos textos, dicen que son solamente tabúes religiosos, semejantes al que encontramos en Deuteronomio 23:17, puesto que pertenecen al código de santidad que desafiaba al pueblo de Israel a no imitar las prácticas de Egipto ni de Canaán. Por lo tanto, consideran que estos textos solo prohíben prácticas religiosas que ya se habían abandonado y que no tienen ninguna relación con los vínculos homosexuales permanentes de la actualidad.

La descripción que da el apóstol (Romanos 1:18–32): Frente a este pasaje, argumentan dos cosas. Primero, que Pablo no está condenando a quienes tienen atracción homosexual, sino a quienes se entregan a las prácticas, basándose en las palabras de Pablo cuando dice que “abandonaron” las relaciones normales con mujeres. Concluyen, entonces, que se refiere a quien ya llevó su gusto homosexual a la práctica. Segundo, argumentan que Pablo condena claramente el libertinaje y la promiscuidad, pero que esto no tiene nada que ver con una relación homosexual monógama basada en el amor y el respeto mutuo.

Las dos listas paulinas de pecadores (1 Co. 6:9–10 y 1 Ti. 1:8–11): De estos pasajes, mencionan que Pablo muy probablemente se está refiriendo a la prostitución homosexual de jóvenes por parte de hombres adultos, ya que en el mundo clásico esta era la forma más común en que se practicaba una conducta homosexual. Esto les permite dejar “en limpio” las relaciones homosexuales entre adultos que mutuamente comparten un vínculo estable.

Estimados hermanos: ¿Qué piensan sobre estos argumentos? ¿Están preparados para responderlos de manera bíblica? Les dejo con esa tarea.

En la próxima entrega, no solo refutaremos estas ideas, sino que construiremos la respuesta bíblica fundamental desde el principio mismo de la Creación.

Nos vemos la próxima semana, si el Señor nos da vida y licencia.

 


Referencias.

[1] Noticias SIN, (10 de diciembre de 2017). Cuando se casen tengan hogares bonitos: dice obispo a homosexuales y lesbianas. [Archivo de Video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=QgSEyB6j1go 

[2] Dos pastores evangélicos gays se casaron en Brasil y crearon la “Iglesia Cristiana Contemporánea” [Archivo Escrito], (11 de diciembre de 2017). Recuperado de http://noticiaaldia.com/2016/05/dos-pastores-evangelicos-gays-se-casaron-en-brasil-y-crearon-la-iglesia-cristiana-contemporanea/

[3] Activistas vencen disputa e iglesia celebra primer matrimonio gay en templo [Archivo Escrito], (11 de diciembre de 2017). Recuperado de http://www.noticiacristiana.com/iglesia/2017/10/iglesia-matrimonio-gay-templo.html

[4] Erwin Lutzer, La verdad acerca del Matrimonio Homosexual (Michigan: Portavoz, 2005), p 10.

[5] Beatriz Preciado, manifiesto contra-sexual (Madrid: Opera Prima, 2002), p 18 – 21

[6] Wikipedia, Paul B. Preciado [Archivo Escrito], (11 de diciembre de 2017). Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Paul_B._Preciado

[7] Leonardo Casco, Marta Lorena casco. La ONU y la Ideología de Género [Archivo Escrito], (12 de diciembre de 2017). Recuperado de https://conapfam.wordpress.com/2015/08/29/la-onu-y-la-ideologia-de-genero/

[8] Katehon. ¿Porqué desde la ONU Buscan Globalizar una Revolución Sexual? [Archivo Escrito], (11 diciembre de 2017). Recuperado de http://katehon.com/es/news/por-que-desde-la-onu-buscan-globalizar-una-revolucion-sexual

[9] Wikipedia, Teoría Queer [Archivo Escrito], (12 de diciembre de 2017). Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_queer

[10] Mónica Treviño Álvarez, María Cristina Loera Sánchez. Subversiones teológicas: reconstruyendo la idea sobre la Divinidad desde la Teología Queer [Archivo Escrito], (10 de diciembre de 2017). Recuperado de http://elclaustro.edu.mx/observatorio/pdf/Subversiones%20teol%C3%B3gicas_reconstruyendo%20la%20idea%20sobre%20la%20Divinidad%20desde%20la%20Teolog%C3%ADa%20Queer.pdf

[11] Xavier Pikaza. Canto Queer ¿Bienaventurados los perseguidos por homosexuales? [Archivo Escrito], (10 de diciembre de 2017). Recuperado de http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/07/18/valor-y-limites-de-la-teologia-queer

[12] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana? (Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 20

[13] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana? (Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 10

[14] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana? (Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 13 – 20

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