Last Updated on octubre 25, 2025 by Anthony Molina
Algo maravilloso de las doctrinas de la gracia es que están ordenadas y entrelazadas de una manera perfecta. Esto es más que obvio cuando se sabe que reflejan bíblicamente lo que dicen las Escrituras acerca de la doctrina de la salvación. Por esta razón, se hace importante atender una doctrina en especial que ha sido estudiada por muchos años y ha salido avante en la controversia a la que se enfrentó años después de la Reforma Protestante. Sin embargo, y para nuestra tristeza, en la actualidad han vuelto a surgir doctrinas que hace muchos años ya se habían declarado como erradas o heréticas; esto es consecuencia de no estar vigilantes ni de la doctrina ni de la historia de la Iglesia misma.
En este artículo trataré el tema del alcance de la expiación, estudiando tres puntos de vista: el arminiano, el calvinista y lo que se conoce como calvinismo moderado o de 4 puntos. Si bien la complejidad del tema impide un análisis mas exhaustivo, mi propósito en esta ocasión es presentar los argumentos centrales de cada postura de manera fiel y sustanciosa. Expondré estos tres sistemas teológicos, veré algunas similitudes entre el arminianismo y el calvinismo moderado, para concluir que el calvinismo histórico y ortodoxo es la doctrina correcta para entender el alcance de la obra expiatoria de nuestro Señor Jesucristo.
Del Sínodo de Dort a Hoy: El Origen del Debate

Para dar algo de contexto histórico, es bueno recordar que por el año 1610, las iglesias de Holanda, junto a otras Iglesias Protestantes en Europa, se habían adherido a las Confesiones de Fe Belga y de Heidelberg (calvinistas). Sin embargo, los seguidores de Arminio no estaban de acuerdo con este sistema teológico y presentaron un documento que constaba de cinco puntos, como manifestación (remonstrantes) al parlamento holandés. Debido a esto, las iglesias holandesas calvinistas realizaron un sínodo en la ciudad de Dordrecht en 1618, que dio como resultado una reafirmación en la postura calvinista, creando así las muy conocidas doctrinas de la gracia (cinco puntos del calvinismo). La tercera de estas enseñanzas es llamada Expiación Limitada, que sigue, en el orden doctrinal del acrónimo TULIP, a la Depravación Total y la Elección Incondicional.
Como en casi todas las áreas de la teología, siempre han existido debates y posiciones diferentes sobre ciertos temas, y de esto no se escapa la extensión de la expiación. Esto se debe a que en todo sistema teológico las doctrinas están interrelacionadas; por ende, un mal entendimiento en cualquier doctrina hace que las demás se vean afectadas.
Mencionar esto es de vital importancia, ya que siempre hay una enseñanza fundamental al tratar algún grupo de doctrinas. Por ejemplo, cuando se estudia teología sistemática, la primera doctrina que se enseña es la de Bibliología (doctrina de las Escrituras), ya que esta es fundamental para partir de una misma base en el estudio sobre Dios y su plan para la creación. De manera similar (aunque guardando las diferencias), en este grupo de doctrinas de la gracia, es fundamental tener un concepto correcto de la condición del ser humano después de la caída frente al plan eterno de redención de Dios. Por esta razón, es bueno resumir las posturas antropológicas de los sistemas teológicos arminiano y calvinista.
Para resumir el asunto, el sistema arminiano considera que el hombre está capacitado para hacer y desear el bien, basándose en una mala interpretación (entre otros pasajes) de Romanos 7, específicamente de los versículos 14 al 22:
“14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios.”
Por lo anterior, Arminio (o los arminianos) básicamente concluye que el hombre sí está capacitado para buscar por sí mismo a Dios y tiene algo bueno dentro de sí después de la caída [1], ya que, según él, en el versículo 14 se nota que el hombre aún no es convertido y, sin embargo, aprueba la ley (v.16), quiere hacer el bien (v.18) y se deleita en la Ley de Dios (v.22).
Los calvinistas, por el contrario, consideramos que el hombre sin Cristo está bajo el dominio del pecado (Romanos 3:9-20), está muerto espiritualmente (Génesis 2:16-17; Romanos 5:12; Efesios 2:1-3), está corrupto hasta lo más profundo de su ser (Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos 8:8), y es esclavo de Satanás (Juan 8:34; Romanos 6:20; Tito 3:3). En otras palabras, el calvinismo cree que cada aspecto del hombre, incluyendo su voluntad y sus motivaciones, han sido afectados por la caída; por tanto, el hombre está incapacitado para obtener por sí mismo la salvación, a menos que Dios haya obrado previamente en él. Teniendo presente lo anterior, mostraré las perspectivas de estos dos sistemas teológicos frente a la doctrina de la expiación y su alcance.
Tres Veredictos sobre la Cruz: Arminianismo vs. Calvinismo vs Calvinismo de 4 puntos.
La Postura Arminiana: Una Expiación Universal y Condicional
Muchos teólogos arminianos como Stanley M. Horton, sostienen la expiación ilimitada, la cual expresa que Cristo murió por todas las personas, pero que ésta es solamente aplicada para quienes tienen fe. Este teólogo, con tres argumentos, sostiene que su postura sobre la doctrina de la expiación ilimitada es la correcta porque:
Es la única que le da un verdadero sentido sincero a la predicación del Evangelio.
Hace énfasis en que la Iglesia tenía mayormente esta postura antes de que surgiera el calvinismo.
Dice que la expiación ilimitada no necesariamente conduce al universalismo, porque la fe es necesaria para la salvación. Por tanto, si alguien decide no creer, eso no significa que Cristo no haya muerto por esa persona, ni tampoco queda en entredicho la integridad de Dios. [2]
Horton cita al teólogo Millard Erickson para defender la posición de que la expiación ilimitada es bíblica, ya que Erickson supone que tal interpretación es la que menos distorsiona el testimonio bíblico en comparación con la expiación limitada calvinista [3]. Con base en esto, comienza a interpretar algunos pasajes para soportar su postura. Por ejemplo, cita Hebreos 2:9 para decir, primero, que la interpretación calvinista de este pasaje extiende la credibilidad exegética y, segundo, para comentar que en el contexto hay un sentido universal (v. 5-9). Argumenta que cuando la Escritura habla del “mundo” (Juan 3:16, Juan 1:29, 1 Juan 4:14), quiere decir precisamente eso: todas y cada una de las personas del planeta. [4]
Horton sigue con su argumentación y establece que, aunque es verdad que la palabra “mundo” a veces se refiere a un sistema de maldad, Cristo no murió por un sistema, sino por las personas que están en ese sistema.
La Postura Calvinista: Una Expiación Particular y Eficaz

Después de consultar varios autores, me es de gran alivio notar que todos parten del mismo punto: lo primero que hay que analizar, antes de ver la extensión de la expiación, es el propósito o la intención de Dios al enviar a su Hijo a morir. Así lograré entender de mejor manera el alcance de la expiación [5], [6], [7]. En este sentido, la pregunta más sensata sería: ¿cuál era el propósito de Dios al darnos redención en Cristo? ¿Tenía Dios el propósito de proveer una salvación eficaz para cada ser humano?
Con esta pregunta logro encontrar que, primero, el propósito no era salvar a todo el mundo, ya que eso sería universalismo (una herejía señalada desde hace siglos). Además, el sentido común nos dice que no todos son salvos, porque esto “mancharía” la justicia de Dios. Por lo anterior, las diferencias no se dan entre particularistas y universalistas, sino entre partes que ya afirman un particularismo que dice que no todos se salvan [8]. Entonces, ¿quiénes se salvan?
Como calvinista, considero que el hombre en su estado natural es totalmente incapaz de salvarse a sí mismo y que, por eso, es Dios quien salva a algunos por pura misericordia (elección incondicional). Sin embargo, aunque esto es una realidad, la elección define un destino para la salvación, pero para que esta se consumara, “era necesaria una expiación completa, perfecta y satisfactoria para los pecados de los elegidos, para que Dios fuera no solamente un Salvador, sino un Dios justo y un Salvador” [9].
Entendiendo esto, puedo responder la pregunta: ¿por quién murió y logró la salvación nuestro Señor Jesucristo? Es aquí donde el calvinismo define la extensión de la expiación de Cristo, afirmando que Él murió positiva y eficazmente para salvar a sus elegidos. Mediante esta obra, satisfizo la justicia del Padre por medio de la imputación de los pecados de estos a Cristo en la cruz, para después imputarles a ellos la justicia de Cristo y que así fuesen aceptos ante Él.
El Camino Intermedio: ¿Es Posible un Calvinismo Moderado?
Para resumir y no extenderme demasiado (y tampoco ser injusto con esta postura), he decidido estudiar a dos personajes reconocidos: Mark Driscoll (conocido por su ministerio en internet, aunque también por sus extravagantes posiciones doctrinales) y Francisco Lacueva. Esta perspectiva moderada considera bíblica la postura calvinista, con excepción de la expiación limitada, ya que consideran que los calvinistas cometen un error al entender la obra del Calvario en términos de sustitución personal, en vez de considerarla una sustitución virtual o global [10].
En otras palabras, estos hombres dicen que Cristo no me sustituyó personalmente, ni expió mis pecados ni los de nadie en el Calvario (porque suponen que esto implicaría que naceríamos ya justificados). Por el contrario, piensan que la obra expiatoria de Jesucristo provee salvación para todas las personas, cambiando la posición del mundo respecto de Dios [11].
Respecto a esto, Driscoll dice que:
El enfoque moderado elimina la oposición entre las posturas arminiana y calvinista porque no son mutuamente excluyentes; si Jesús murió por los pecados de todo el mundo, esto incluye a los elegidos. Además, el autor diferencia la eficiencia de la obra expiatoria al decir que la muerte de Jesús por todas las personas no logra lo mismo que su muerte por los elegidos [12].
Para terminar este enfoque, me parece apropiado mostrar que esta perspectiva moderada busca reconciliar dos verdades: que Cristo muriera con el propósito de asegurar la salvación de los elegidos y, a la vez, la universalidad del alcance expiatorio. Para ello, alude al argumento de que si no se pagó un precio por los no elegidos, entonces ni el amor de Dios hacia el mundo ni el ofrecimiento de salvación son genuinos (argumento que comparte con la perspectiva arminiana) [13].
¿Qué Dicen Realmente los Textos Clave? (Juan 3:16, 2 Pedro 3:9)

Para el análisis de los pasajes bíblicos, y con el fin de no hacer demasiado extenso este artículo, he tomado la decisión de abordar las objeciones en grupos. Por tanto, me centraré en dos ejemplos representativos: primero, un versículo que se refiera a una aparente expiación por “todos” o “todo el mundo”, y segundo, el pasaje comúnmente usado de 2 Pedro 3:8–9, ya que este último es muy completo para descartar varias interpretaciones.
Mundo: Respecto a esta expresión, son diversos los pasajes que usan tanto arminianos como calvinistas moderados para sustentar que Cristo murió por todas las personas, como Juan 1:29, Juan 3:16, Juan 4:42, 2 Corintios 5:19 y 1 Juan 2:1, entre otros.
He querido analizar el pasaje más común, Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Lo primero que hay que mencionar es que, en la Escritura, la palabra “mundo” tiene diversos significados. A veces se refiere al “planeta tierra”, en ocasiones al “sistema pecaminoso” que nos rodea, y otras a la idea de que no hay distinción entre nacionalidad, raza o posición social [14], [15]. Teniendo esto presente, y analizando el contexto, no hay que ser un erudito para entender que la conjunción “porque…” relaciona directamente el versículo 16 con el anterior. Por lo cual, la mejor manera de parafrasear este versículo sería:
Así como en el desierto se salvaban quienes creían en lo dicho por Dios y miraban con fe a la serpiente levantada por Moisés, también recibirán el don de la vida eterna solamente quienes depositen su confianza en Jesucristo.
La palabra “mundo” en este pasaje es importante verla a la luz del contexto del capítulo. Recordemos que Jesús está hablando con Nicodemo, un maestro judío, a quien le explica que debe nacer de nuevo para entender que las señales confirmaban que Él era Dios, y que la salvación no tenía nada que ver con una nacionalidad o etnia. Por tanto, la palabra “mundo” en este pasaje no se refiere a cada persona de la raza humana, sino a todos los que creen en Cristo, esparcidos por todo el mundo. Esto, por cierto, debió haber impactado a Nicodemo, quien, siendo judío, creía que era salvo por pertenecer al Israel étnico. Este significado de la expresión “mundo” podemos verlo a la luz de Juan 11:51–52:
“Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; 52 y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”
¿Cómo, entonces, concilio el amor de Dios por el mundo y una salvación exclusiva para los creyentes? De la misma manera que en el relato de Noé: “Dios amó tanto al mundo que no permitió que pereciera toda la humanidad, sino que en la eternidad decidió elegir a Noé por gracia para no destruirlo y preservar así la raza humana para Su gloria.” [16]
Todos: Este término no necesariamente significa cada una de las personas de toda la humanidad. En ocasiones, significa “todos los de algún grupo” o “una gran cantidad”, como en Romanos 5:18, donde obviamente no es literal, porque en el versículo 19 dice “muchos” (otros ejemplos: Mt. 2:3; Mc. 1:33). Muchos exegetas concuerdan en que, cuando se menciona “todos” o “muchos”, en realidad se hace referencia a que no hay distinción de raza o nacionalidad para ser beneficiarios de la gracia salvadora de Dios; en otras palabras, que la obra de Cristo no sería solo para judíos, sino para todas las razas [17].
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” 2 Pedro 3:8–9
Lo primero que hay que evaluar es el significado de la expresión “no queriendo”, ya que está relacionada con la voluntad de Dios, la cual, según Deuteronomio 29:29 y la mayoría de los teólogos, evidencia dos aspectos: la voluntad revelada (lo que Dios manda) y la voluntad decretiva (lo que Dios ordena que suceda). Aunque es un misterio la relación entre ambas, es evidente que actúan a la par. Por ejemplo, Dios nos manda a cumplir sus mandamientos, pero a la vez permite que los quebrantemos. ¿Significa esto que Dios vio frustrado su deseo? Por supuesto que no, porque “todo lo que Jehová quiere, lo hace” (Salmo 135:6). Más bien, todo lo que Dios permite está de acuerdo con su plan eterno que solo Él conoce.
Esto mismo se aplica a la salvación. Es genuino el deseo revelado de Dios de que todos sean salvos; sin embargo, en su decreto, solamente lo serán quienes hayan sido escogidos por Él. ¿Es esto injusto? Romanos 9 nos da la respuesta, diciendo que nadie puede altercar con los planes de Dios. ¿Es entonces genuino el ofrecimiento de la Gran Comisión? Lo abordaré un poco más adelante [18].
Siguiendo con el pasaje, ¿cuál sería la conclusión lógica si suponemos que “no queriendo que ninguno perezca” se refiere a la voluntad secreta de Dios? Evidentemente, significaría que nadie perecería, y este texto sería perfecto para los universalistas (una herejía que ninguna de las tres posiciones de este trabajo acepta). Por tanto, en este caso se hace referencia a la voluntad revelada de Dios [19].
Ahora, para aclarar la expresión “ninguno” o “todos”, debemos notar a quién se dirige Pedro. En el versículo 9 dice: “…sino que es paciente para con NOSOTROS…”. Gramaticalmente, “nosotros” es el antecedente inmediato de “ninguno”. Por tanto, la mejor paráfrasis sería: “Dios no quiere que ‘ninguno’ de ‘nosotros’ perezca”. ¿Y quiénes son esos “nosotros”? Es evidente que se refiere a los creyentes, entre los cuales se cuenta el mismo apóstol Pedro, quien le escribe a una iglesia, una asamblea de creyentes.
Para terminar con esta parte, abordaré la objeción de que la expiación limitada elimina la sinceridad de la predicación del evangelio.
Esta objeción no es válida, puesto que el evangelio contiene en sí mismo una promesa de justificación y vida a toda persona que crea (Ro. 10:13) [20]. Que Dios sepa que algunos no responderán no implica que el ofrecimiento no sea genuino, ya que no nos es conocido quiénes son los elegidos. El error común, al escuchar esta doctrina, es suponer que hay gente queriendo seguir a Cristo pero que no puede porque no fue elegida. De ahí la importancia de tener un conocimiento correcto sobre la condición del hombre después de la caída.
Conclusión: Por Qué la Expiación Limitada es la Postura Bíblica
Los pasajes anteriores fueron analizados desde el punto de vista que, a mi parecer, es el más bíblico: el calvinista. Por esta razón, es de suma importancia tener una perspectiva correcta de la condición del hombre, ya que esto sienta la base para entender las demás doctrinas. Claramente, el punto de vista arminiano parte de una base falsa que lo lleva a considerar que el hombre sí está capacitado después de la caída para elegir a Dios por sí mismo. Este error doctrinal es el que los lleva a considerar una expiación potencial para todos, ya que el hombre “puede cumplir el requisito” de tener fe.
Frente al punto de vista moderado del calvinismo, me sorprendió bastante encontrar durante mi investigación que su postura no es novedosa, ya que coincide con el amiraldianismo, enseñado por Moïse Amyraut (1596-1664). Él decía que Cristo redimió a todos de forma hipotética. Pero como creía en los otros puntos del TULIP, se vio obligado a formular una doctrina de dos decretos divinos: uno hipotético o universal, que no salva a nadie porque nadie puede cumplir el requisito de la fe, y un segundo decreto eficaz, en el cual Dios elige a ciertos hombres y les regala la fe necesaria para salvarse. Con este sistema, afirman ellos, toda la gloria es de Dios [21].
El error detrás de esta postura moderada, que para algunos parece ortodoxa, es que Amyraut introduce una contradicción en la voluntad divina. Su sistema implica que si Dios quiere salvar a toda la humanidad (primera voluntad) y esa voluntad es frustrada por la incredulidad del hombre, entonces se ve forzado a ejecutar una segunda voluntad para salvar solo a algunos. Esto choca con el problema de que Dios siempre ha hecho lo que ha querido, y si en realidad hubiera querido salvar a toda la humanidad, nadie habría podido impedírselo.
Otra contradicción es que la Biblia enseña que la muerte de Cristo tenía como único propósito salvar a Su pueblo (Mateo 1:21), y este sacrificio fue plenamente real y eficaz en sus logros.
Es evidente que la postura arminiana es, por lo menos, más consecuente en su teología en comparación con los calvinistas de 4 puntos. Los arminianos parten de un hombre capacitado para ejercer fe, y esto resuelve el problema de una expiación universal que no salva a todos: se hace efectiva solo en quien decide creer.
El problema llega cuando personas que se hacen llamar reformadas dicen ser más ortodoxas bajo el argumento de que ponen las Escrituras por encima de un sistema teológico (al afirmar que no dejan a un lado lo que la Biblia dice de que Cristo murió por todos).
Otra conclusión que establezco en este artículo es que tanto el arminiano como el calvinista moderado temen disminuir el sacrificio de Cristo; sin embargo, al final terminan haciendo lo que tanto temían. Agrandaron la extensión de la expiación, pero a costa de la eficacia de la obra en la cruz.
Lo cierto es que tanto el arminianismo como el calvinismo de 4 puntos deben ser confrontados, ya que ellos sí rebajan la obra expiatoria de Cristo al considerar que esta no cumple eficazmente su objetivo eterno de “salvar a todos”.
Referencias
[1] Richard B. Ramsay, Los Cinco Puntos del Calvinismo: Una breve defensa bíblica comparándolos con los cinco puntos del Arminianismo (Articulo de internet, 1990). p. 5-6
[2] Stanley M. Horton, Teología Sistemática: Una Perspectiva Pentecostal (Miami: Editorial Vida, 1996). p. 375
[3] Ibíd. p. 376
[4] Ibíd.
[5] R.C Sproul, video enseñanza : La Expiación Limitada, ubicado en: https://www.youtube.com/watch?v=–fyqnG5mPo
[6] W. J. Seaton, Los Cinco Puntos Del Calvinismo (Artículo de internet alojado en el siguiente enlace: http://www.spurgeon.com.mx/cincopc.html
[7] Jhon Piper, Lo Que Creemos Sobre Los Cinco Puntos Del Calvinismo ( Artículo de internet alojado en el siguiente enlace: http://www.desiringgod.org/articles/what-we-believe-about-the-five-points-of-calvinism?lang=es )
[8] R.C Sproul, video enseñanza : La Expiación Limitada, ubicado en: https://www.youtube.com/watch?v=–fyqnG5mPo
[9] W. J. Seaton, Los Cinco Puntos Del Calvinismo (Artículo de internet alojado en el siguiente enlace: http://www.spurgeon.com.mx/cincopc.html
[10] Francisco Lacueva, La persona y la Obra de Jesucristo (Barcelona: CLIE, 1986). p. 331
[11] Ibíd.
[12] Mark Driscoll, Doctrine: What Christians Should Believe ( Wheaton: Crossway, 2010 ). p. 269
[13] Ibíd. p. 270
[14] Richard B. Ramsay, Los Cinco Puntos del Calvinismo: Una breve defensa bíblica comparándolos con los cinco puntos del Arminianismo (Articulo de internet, 1990). p. 11
[15] William Hendriksen, Comentario al nuevo Testamento: El Evangelio Según San Juan (Miami: Libros Desafío: 1981). p. 134
[16] Cita extraída del blog sujetos a la Roca del pastor Eduardo Flores: https://sujetosalaroca.org
[17] Richard B. Ramsay, Los Cinco Puntos del Calvinismo: Una breve defensa bíblica comparándolos con los cinco puntos del Arminianismo (Articulo de internet, 1990). p. 11
[18] R.C Sproul, video enseñanza : La Expiación Limitada, ubicado en: https://www.youtube.com/watch?v=–fyqnG5mPo
[19] Richard B. Ramsay, Los Cinco Puntos del Calvinismo: Una breve defensa bíblica comparándolos con los cinco puntos del Arminianismo (Articulo de internet, 1990). p. 12
[20] J. I. Packer, El Evangelismo y La Soberanía de Dios (Colombia: Faro de Gracia, 2014). p. 76
[21] Extraído del Blogg del pastor Eduardo Flores: https://sujetosalaroca.org/2010/10/29/calvinista-de-4-puntos-parte-ii/
